
Sin embargo, los verdaderos protagonistas del acto han sido las víctimas del odio. Miwa Bwene, inmigrante congoleño que quedó tetrapléjico tras una agresión motivada por el color negro de su piel; Mavi Muñoz, madre de Carlos Palomino, un menor de 16 años asesinado por sus ideas antifascistas en el metro de Legazpi de Madrid cuando acudía a una manifestación de protesta contra una concentración de un partido de ultraderecha; y Guillem Agulló, padre de Guillem Agulló un joven de izquierdas asesinado a los 18 años de edad en la localidad de Montanejos, Valencia. Y las más de 80 víctimas del odio que hoy han sido recordadas.
Como hoy ha recordado Esteban Ibarra, no hablamos de tribus o grupos urbanos violentos, sino de auténticas y verdaderas organizaciones, de ámbito local, nacional e internacional, coordinadas entre sí, y dedicadas a difundir la doctrina de odio e incitar y ejercer la violencia motivada por la intolerancia. Os animamos a leer el libro y a que os unáis a la lucha.