viernes, 17 de junio de 2011

SGSI Group en Libia

SGSI Group es una empresa de seguridad que trabaja en zonas de conflicto. En este reportaje de EL PAÍS, que reproducimos aquí parcialmente, se pone de manifiesto la privatización de la Guerra. Unas empresas son mas conocidas, como Blackwater, y otros menos, como SGSI Group. Esta última,fundada por españoles y radicada en Gibraltar, lleva más de tres meses "asesorando" a los rebeldes en Bengasi. Organizaciones pacifistas y de Derechos Humanos llevan años denunciando la presencia de estas empresas, no sometidas a los mismos controles que los Estados. A continuación reproducimos una parte del reportaje.

Al Yazira filmó hace dos semanas a un grupo de hombres occidentales armados hablando con los rebeldes en la primera línea de fuego cerca de Misrata. Al día siguiente, The Guardian informó de que eran antiguos militares británicos que ayudaban a la OTAN a identificar objetivos para bombardeos.

El episodio es confuso. Pero sí parece verosímil que en un país del que se ha apoderado el caos, sin apenas control fronterizo por el este, se cuelen espías y compañías de seguridad militar privadas que han encontrado en Libia un nuevo hábitat. SGSI Group es una de ellas. Su fundador y gerente, Víctor González Moreno, de 41 años, afirma que está en Bengasi desde hace un par de meses. Explica que tienen a 50 trabajadores allí y que se dedican a adiestrar en el uso de las armas al improvisado ejército que busca derrocar a Gadafi. Asegura, a través de una entrecortada conversación por Skype, que ya han entrenado a unos 1.500 hombres. SGSI Group fue fundada en 1997 con capital español, pero está radicada en Gibraltar. Su responsable de prensa, Mar Monsoriu, afirma que tienen un campo de entrenamiento en Cesárea (Israel). El director de SGSI subraya que no cobran por entrenar a los civiles libios. Pero confía en que sea una inversión de futuro: "No digo que una vez pase la tormenta no vayamos a quedar en muy buena situación con los posibles nuevos clientes".

En este negocio es importante la nacionalidad y la formación. En las tarifas internacionales que maneja el grupo de trabajo de la ONU respecto a los contratistas en Irak, un ex Navy Seal o un exmarine de EE UU, un exlegionario francés o un británico cobran hasta 30 veces más (unos 30.000 dólares al mes) que un hondureño, un indio o un peruano, que cobrarían unos mil euros.
 

EL PAÍS 17/06/2011 Para ver el artículo completo pincha aquí